sábado, 19 de junio de 2010

Leer para aprender y recordar

¡Como llueve en la Jungla! Me gusta contemplar las grandes gotas deslizándose por las hojas. Pero no me gusta cuando me caen en la cabeza. Así somos los monos, tan poco contentadizos como los demás animales con cerebro desarrollado.
Estoy sentado arriba de un viejo arbol, no llueve y tengo mi portatil cargado, y para colmo al lado hay una tienda con wifi de otros animales parientes nuestros. Ellos se llaman a si mismo "humanos" y les parece que son... ¡la sal de la tierra! En fin, otro ejemplo de que tener cerebro grande no es una garantía de nada bueno.
Pero me he desviado de lo que hoy quería anotar aquí. Resulta que entre las hienas de la zona se ha desarrollado un extraño hábito: quieren saber más de los "humanos" que invaden su territorio y para ello han decidio estudiar sus libros, en la medida que puedan entrar de noche y robárselos, junto con otras cosas más comestibles. No creo que tengan mucho éxito porque les falta lo que decía un pariente cercano muy sabio: ¡la condición necesaria! que en este caso sería "saber leer". Pero dejando volar la imaginación, suponiendo que encontrara una hiena capaz de enseñarle ¿cómo tendría que hacer para que pudiera estudiar y sacar provecho de los pocos libros que podría arrebatar a mis primos de dos patas?
Si supiera leer mi hiena, tendría que dominar el arte de leer "con los ojos", es decir en silencio, y el arte de leer "con la boca" es decir hablando o declamando lo que está en ese libro. Y tendría que dominar el arte de saber cuando aplicar uno u otro método.
Leer en silencio es bueno para casi todo, pero no tan bueno para recordar cosas difíciles, palabras complicadas y relaciones extrañas entre conceptos. Leer en voz alta es ideal para la poesía, cosa que no creo que interese a ninguna hiena, y por supuesto para memorizar mejor lo que resulta complicado, extraño, o desagradable.
Así que hay aquí un problema agregado que convierte en imposible mi labor de enseñar a estos animales. Su voz no permite modulaciones tan sofisticadas como la garganta de un simio humano, y por lo tanto, no podría recordar tan bien sus difíciles lecturas. Así que estamos nuevamente al principio. Ni sabiendo leer, por si sólo les sería suficiente.

2 comentarios:

ANA MARÍN dijo...

Hola!

Muy interesante la página.

Te invito a pasar por mi blog, es de desarrollo personal..

Un saludo.

Wilhelm dijo...

Ciertamente los animales no pueden aprender a leer porque en su estado embrionario de evolución fisiológica carecen de los recursos necesarios para ejercer mentalmente la capacidad de razonamiento, en términos semánticos.

Y sin embargo, podriamos comparar a una persona, carente de motivación o interés suficiente, obteniendose los mismos resultados.

Si no se aprovechan los recursos disponibles es lo mismo que no tenerlos.

Wilhelm Colln
www.sambah.com