miércoles, 17 de noviembre de 2010

Responder con violencia

El otro día, mientras sorbíamos un delicioso zumo de hormigas, en el café de Madame La Marmota, un gorila amigo mío me decía estas sabias palabras, que no puedo dejar de repetir en este salvaje blog: "Tenlo presente, querido Nullus, cuando uno actúa violentamente, lo peor no es lo que sucede de inmediato... sino que quedas obligado a perseverar en esa conducta si quieres que te tomen en serio."
Me lo decía mientras observaba a una de sus monas que trataba de escabullirse, debajo de un arbol frondoso, con un gorila jóven y atrevido.
Y me agradó su sabiduría. Llegado cierto punto... hay que vivir y dejar vivir.

Cómo tratar a los enemigos

  A veces hay que ir muy atrás, para encontrar un buen consejo que aplicar al presente. En esta época, de increíble adelanto tecnológico, corremos el riesgo de creer que si hay mejor tecnología... hay más sabiduría. Y no es así. De la misma manera que no se pueden pensar dos ideas al mismo tiempo, tampoco se puede entender lo que sucede con los dos ojos puestos en el último gadget que la tecnología nos ofrece.
  Pongo un ejemplo. Nagarjuna fué un budista hindú, anterior a Cristo, que dejó escrito en un interesante librito ("La guirnalda preciosa de consejos al Rey") la siguiente sugerencia, digna de Maquiavelo por su sentido, que puede servir hasta ... a un entrenador de futbol:
   "Quién busca la desgracia de un enemigo, debe olvidar sus defectos y observar sus virtudes, esto ayuda a uno mismo y desconcierta al enemigo."

martes, 16 de noviembre de 2010

Pensando sobre los "pensamientos".

Ya lo dice el Dammaphada (un texto básico budista) que la mente puede ser nuestra peor enemiga. En mi modesta opinión nuestra mente es la principal causa de nuestros problemas, así que conocer como funciona y las "trampas" que nos tiende, es esencial para cualquier clase de desarrollo estable.
En este artículo se puede apreciar algo de lo que aquí comento. En la ciudad, en el campo, en la jungla o en el desierto, siempre estamos acompañados por nuestros pensamientos. En ellos está la clave de nuestro futuro.