viernes, 31 de agosto de 2007

Mi vecino, Caius:

Este Blog trata del cambio, de las diversas maneras de cambiar (para mejor) y de los fracasos que suceden a los organismos que buscan un cambio planificado por su cerebro (poco importa si éste es grande o pequeñín. Tengo la sensación que en algún momento de su existencia hasta una ameba está aburrida de sus rutinas y busca algo nuevo… aunque no le dure mucho el impulso).

En particular mi interés va hacia los mamíferos superiores… esos que son capaces de crear tecnología y abrigar fuertes ilusiones sobre el mundo, incluyéndose en ellas.

Tengo un vecino, al que llamaré Caius, para no publicar su nombre (aunque sin duda para sus íntimos será fácilmente reconocible) que está tan aburrido de si mismo que incluso ha pensado en suicidarse.

Cuando le pregunté por qué quería dar tan horrible paso no supo que responderme… sólo farfulló que mi pregunta era tan tonta como su vida. Yo le dije que ya Bruce Chatwin, hace un tiempo había dicho que no se puede evitar el pasado: “No puedes dejarlo sencillamente a la espalda –escribe Chatwin-, cerrar la puerta y decir: ahora vuelvo a comenzar. Por eso toda transformación requiere una continuidad con lo que has sido.”

Caius me miró perplejo, y en ese momento lo vi, por primera vez, interesado en mi charla vana. Entonces me preguntó: “¿Quieres decir que si me mato… también arrastraré mi pasado, aunque sea de lo más aburrido?”.

Aprovechando ese momento de interrogación de su cerebro velado por la depresión le respondí: “¡Caius, piensa un poco, por favor! Si te matas y no hay nada delante… entonces no tendrá sentido hacerlo ya que no estarás más entretenido; y si hay algo… entonces no podrás evitar llevarte también algo de aquí, y me temo que te llevarás lo peor, es decir tu aburrimiento.”

Caius se quedó literalmente shockeado, alelado, patidifuso. “¡No se me había ocurrido algo así!”. Me respondió animado. Entonces redondeé mi labor con prudencia: “Piénsalo; si tienes que solucionar tu problema, hazlo aquí; antes de trasladarte a cualquier otro lado.”

No creo que sea una solución para todos; a veces los cambios son buenos e impulsan nuevos cambios… pero habrá que tomar en cuenta si no nos metemos en un pozo del cual no podamos volver. Eso sería un suicidio.

jueves, 30 de agosto de 2007

La felicidad


Hace tiempo... leí en un libro de Flaubert cuyo nombre ya no recuerdo (en la Jungla es difícil tomar notas) lo siguiente, cito de memoria: "La felicidad es una cosa monstruosa. Quienes la buscan no dejan de hallar castigo."

Y, sinceramente, me pareció muy ajustada a la realidad y me lo sigue pareciendo... cuando uno quiere cambiar sólo ve lo bueno del cambio, y no repara en su coste, y en que también puede alterar radicalmente un montón de cosas que nos gustan; y que podemos perder para siempre. Cambiar para bien, es perder también, cosas buenas...

Un buen consejo

Máxima, sorprendida en plena meditación:



Mis primeras intervenciones en este blog han originado una corriente de opiniones críticas que me van llegando, gota a gota ¡Calma! Es lo que le pido a una corresponsal (que además ha tenido la gentileza de enviarme su foto en la que se pueden apreciar sus bonitos ojos), que responde al curioso nombre de Máxima.

Pues bien, Máxima me critica por ser tan pesimista respecto a los cambios que producen las lecturas de este gran género, según ella, de libros de auto ayuda.

De verdad que no soy pesimista. Me he leído muchos de ellos… ¡y así estoy!

Por lo tanto mi fe en ellas se ha reducido al compás de los años y la pérdida de las ilusiones de adolescente.

¡Más algo se ha salvado del naufragio! ¡Hay muchas cosas que aún puedes hacer estimada Máxima! para no perder el brillo de ilusión en tus ojos.

¿Qué te parece si, desde este mismo momento, empiezas a llevar un Diario de tus pensamientos, ilusiones, desdichas y… de paso, lo que comes cada día?

Verás como crece con los meses, y seguro que aprovecharás mejor el tiempo que leyendo tanta “auto ayuda” ¡Te lo aseguro! ¡Este consejo vale oro!

lunes, 27 de agosto de 2007

2. Leticia

Leticia:

La gente quiere cambiar... y me he pasado media vida, colgado de un árbol, observando los fracasos de tantas buenas intenciones. Por alguna extraña razón hay momentos en el calendario que son muchos los que al mismo tiempo se lo proponen. Pero los dias pasan y las propósitos se esfuman. Yo me pregunto porque no se preguntan que es lo que falla. Pero debe ser una pregunta muy difícil que sólo los preguntones nos hacemos.
Mi prima segunda, por parte de un hermano de mi abuelo, Leticia, hace tiempo me pidió que la salvase de la depresión... como si eso fuera posible (¡aún no puedo quitármela yo!). Y solo atiné a preguntarle: "Primita... ¿acostumbras a seguir los consejos que te dan?"
"¡De ninguna manera! -movió negativamente su cabecita orgullosa- Los demás aconsejan sin saber de que hablan" me respondió muy segura de si misma.
Pues bien, le dije, no tienes costumbre de probar cosas, por lo tanto, aunque yo te sugiriera algo, no tienes el hábito de experimentar. Y te olvidarías al poco tiempo. Pero si quieres intentarlo (¡nunca se sabe!), escucha: "Conoce tu mejor cualidad. Si la conoces podrás cultivarla, si no... irás a la ventura sin brújula."
Me miró pensativa (es muy difícil soportar su mirada... demasiado aguda). "Mi mejor cualidad..." repitió para sí... y levantó el vuelo lenta, pausadamente, sin despedirse; algo a lo que me tiene acostumbrado así que volví a mis cosas sin pensar más en ello. No se si habrá seguido mi consejo, pero me quedé con la conciencia tranquila. Baltasar Gracian, hace algunos siglos, ya lo había recomendado. Además no es tan fácil según lo veo, ya que la mejor "cualidad" no es lo que haces a menudo, sino lo que casi nunca haces por no darle valor. La "mejor cualidad" suele ser invisible porque siempre nos acompaña.

2. Seguir consejos

Me acabo de encontrar con Adso.
Como no me mencionaba el tema que me interesaba terminé por preguntarle directamente: "¡Has hecho lo que te pedí!".
Me miró con cara de tonto: "¿A que te refieres?". "Vamos -le respondí bruscamente- no te hagas el olvidadizo. Me refiero a empezar tu proceso de Cambio. (se le dije así, con mayúscula)".
Adso miró para otro lado y al comprobar que no tenía escapatoria me respondió más o menos lo que ahora transcribo: "Mira... puede ser que eso funcione... pero no tenía ganas de golpearme la cabeza... ¡esas cosas duelen!". Adso parecía francamente molesto por mi interés en su mejoramiento personal; pero yo, impertérrito, continué:
"Querido primo, poco importa que lo que te recomendé duela. Sería igual si te fuera neutro; incluso si te causara algún interés...".
Mosqueado me miró ceñudo, como si no creyera lo que le decía, y no me interrumpió. "Sabes -proseguí- cuando uno intenta cambiar cualquier cosa que nos propongan nos da pereza empezarla. Aunque no cause dolor, lo mismo nos molesta. No hay nada más difícil que cambiar una rutina, ¡así que no me vengas con cuentos!"
Adso no se creyó lo que le dije. El siguió pensando que no era lo mismo dar cabezadas contra la pared que una modesta sugerencia como, por ejemplo, "levántese medio hora más temprano". Pero en el fondo es igual; no pretendía que siguiera mi consejo, sólo quería que se diera cuenta lo difícil que es seguir cualquier consejo.

domingo, 26 de agosto de 2007

1.Empezando a cambiar

Adso, mi primo


Conversando con mi primo en un momento me preguntó (a raíz de mi responsabilidad en este blog) si podía darle un buen consejo para mejorar su personalidad.
Le pregunté si tenía problemas con ella… y me respondió que no, pero que advertía que no siempre era bien mirado y su éxito social era más bien mediocre. Algo que, sin llevarlo al borde del suicidio, le preocupa un poco.
Yo insistí: “Pero, Adso ¡realmente estás dispuesto a hacer un esfuerzo serio por modificar esos aspectos tuyos que consideras mejorables!”
Y mi primo, luego de pensarlo un rato, mientras yo lo miraba expectante, me respondió con un rotundo “¡Sí!”.

Pues bien, le dije, he aquí lo primero que debes hacer para iniciar el proceso de cambio que te interesa. Y ten presente, le ratifiqué, que sin dolor, trabajo y voluntad, nada bueno puede conseguirse.
Asintió entusiasmado.
Aquí vá, le dije: “Lo primero que debes hacer, estimado Adso, es colocarte de frente a una superficie dura, mejor si es piedra, o algo parecido, y dar una fuerte cabezada contra ella. No tengas reparo en hacerte daño. Que yo sepa nadie se ha muerto por algo así”, concluí para calmar sus reparos.

Adso me preguntó si estaba bromeando, y le respondí muy serio que “en absoluto… si quieres cambiar ¡debes empezar como te lo pido!”. Se quedó reflexionando unos instantes, y como ya había llegado la hora de marcharse, aprovechó para hacerlo sin hacer nuevas preguntas. Lo ví alejarse y se me ocurrió que bien podría colocar este diálogo en el blog, para incitar a otros a seguir el buen camino.

En la próxima entrega, indicaré la segunda parte de este largo proceso que nos llevará, estén seguros, a completar unos profundos cambios positivos en nuestra conducta actual.

viernes, 24 de agosto de 2007

¿Qué hacemos con el blog?

La dirección de Opinatio http://www.opinatio.com/ consideró, en su última reunión, que este blog estaba muy descuidado y que por lo tanto habría que eliminarlo. Como último remedio me dijeron a mi, Nullus, que si quería probar con él, a ver si lograba darle un estilo propio.
Me quedé dudando largo rato. No creo en el "Desarrollo Personal" cuando éste está planificado, me parece una ilusión de esas de "principio de año" o parecida a los regímenes para adelgazar. Cualquier D.P. es fruto de un carácter que hace cosas, y que no se preocupa para nada de su "desarrollo", lo que al final lleva que se desarrolle en cualquiera de los sentidos que se nos ocurrra darle a esta palabreja.

Esto se lo comenté a la Dirección... y me respondieron que si el blog se "desarrollaba" por este camino, buen desarrollo será.

Me quedé dudando por si me estaban tomando el pelo de manera tan sutil que hasta parecían elogiarme. Pero como se callaron, y pusieron cara de "poker" poco más pude averiguar.

Así que me dieron la contraseña y la responsabilidad ("temporal" dijeron) de dedicarme a este blog.

Pues bien ¡aquí estoy! y como primera medida trataré de subir una foto reciente mia en la que, según mi señora, salgo muy favorecido.

¡Mañana será otro día!