viernes, 7 de septiembre de 2007

Los detalles

Me ha vuelto a escribir Máxima diciéndome que está desesperada. Me deja sorprendido ya que nadie diría por su expresión (ver su foto) que fuera tan sensible. Pero las emociones son así, tremendas; aun cuando no sepamos demostrarlas o la naturaleza nos lo impida. La causa de su desaliento se encuentra en el último ejercicio que le sugerí. Me cuenta que no puede observar mucho tiempo sin sentirse enredada en sus propios pensamientos; que al final da lo mismo que esté en una charca o en la calle más concurrida… que el mundo externo se le borra y sólo queda mirando lo que sus sueños (y sus pesadillas, acota) le proporcionan.

Querida Máxima ¡justamente es lo que este maravilloso ejercicio trabaja! ¡Así que… no desesperes!

Procura fijarte en los detalles, antes de que desaparezcan. Puedes ayudarte con un cuaderno, pequeño y fácil de transportar, de notas (o si el ambiente húmedo que frecuentas no ayuda al papel, entonces una pequeña grabadora cumpliría la misma función auxiliar). Los detalles son claves (alguien dijo que “en los detalles reside el Diablo”). No dejes que una impresión panorámica te domine, porque entonces serás presa fácil para tus parásitos mentales.

Además en la “prueba-repetida” está la virtud principal de todo proceso de cambio. Inténtalo una y otra vez, sin desmayar, y ya me escribirás (estoy seguro) con otro espíritu.

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