lunes, 3 de septiembre de 2007

Esperar

Septimus, un amigo:


Septimus es un gran esperador. Sí, la palabra está bien escrita. Me refiero a que es un campeón de la “espera”; es capaz de esperar mucho tiempo, y cuando los demás se cansan… el sigue esperando. Los diversos organismos que poblamos esta civilizada jungla nos parece que exagera. Por lo tanto aproveché el otro día, que lo tenía en una rama cercana, y le pregunté de sopetón: “¿Qué gana, amigo Septimus, con esperar tanto?

Me miró y luego de observarme con tranquilidad, quizá para asegurarse que no estaba de guasa –seguro que se dio cuenta que mi pregunta iba en serio-, me respondió: “La espera, si es prudente, fortalece la voluntad y permite ahorrarnos muchos problemas”.

“Cierto –le respondí-, pero ¿Cómo juzgar cuando se deja de ser prudente para pasar a ser tonto?”

“Eso depende de la inteligencia de cada uno, téngalo por seguro amigo Nullus… por lo tanto el tiempo no es fijo; dependerá de las circunstancias y de los circunstantes”.

Quedé pensando y como me parecía que a veces se pasaba en sus “esperas” no encontraba la manera de decírselo sin, a la vez, resultar mal educado.

Más esto es otro problema… que tendré que resolver aguardando el momento oportuno.”¡Vaya! -me dije-,¡He aquí un problema de espera”

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